06 diciembre, 2010

Ayer domingo

Estoy contenta y agradecida. Hace días a veces a la Virgen la jaculatoria: “Muestra que eres mi Madre”. Y, si señor, lo ha mostrado. Esta mañana Marisa – una señora de la Parroquia, que está habilitada para ello, me ha traído la Sagrada Comunión. Una gran alegría el que Jesús venga a mi casa. Cuando me han avisado que venía, he tenido el tiempo justo de ducharme, arreglarme lo mejor que he podido y tener el cuarto de estar, también lo mejor que he podido. El que Jesucristo haya estado aquí, pegadito al sitio donde nos sentamos a comer, es una responsabilidad, más para no bajar la guardia, y que no se vean en esta casa en la televisión o en DVD, cosas que no deban verse, aunque solo sea porque el tiempo es oro y como tal hay que tratarlo.

Repasé la Letanía de La Virgen, porque se acerca su fiesta. Hay advocaciones preciosas. Algunas no las rezábamos cuando era niña y otras de aquellas han desaparecido. Por ejemplo “Mater desertorum” – Madre de los desertores – Recuerdo que recién venidos a Valencia, mi padre hizo una fotografía, que andaba por casa, del tapiz de flores que se hace todos los años por la fiesta de la Virgen de los Desamparados. Pues bien, en la parte superior del mismo se leía en un rótulo: “ Mater Desertorum, 1947”. Se me quedó gravado. Quizá valga la pena volver a usar esa aclamación porque desertores de la Fe no faltan. ¿Quién no conoce a muchos de ellos?

POr la noche empecé a ver la película "El juicio universal" de Victorio de Sica, y aunque éste es entrañable. Lo acabé quitando. No me parecia dee recibo tomar a chacota una realidad tan seria. Empecé a ver de nuevo "Vencedores o Vencidos". Y es todo un peliculón. ESta noche me queda el resto.