12 julio, 2010

Fahrenheit 451

He vuelto a ver la película de François Truffaut: “Fahrenheit 451” (1966). La recomiendo. Como “Un mundo feliz”, la obra de Huxley, es una voz de alarma, que no viene mal oír, para no ser arrollados por “lo políticamente correcto”. En la medida en que Dios se margina de la sociedad, el hombre de poder trata de ocupar su puesto, y su tiranía ideológica (pensamiento único) no solo empequeñece al hombre, sino que lo hace desgraciado, porque el hombre – quiérase o no, procede de Dios. En la película de Truffaut, Claris, la maestra cuyas clases son personales y divertidas, no encaja en el sistema agobiante de un mundo sin espíritu, y es despedida de la escuela y luego perseguida como enemiga de la sociedad. “¡No puedo más¡” dice –deshaciéndose en lágrimas - cuando ese ahogo existencial la embarga. Montand es bombero. También es, el marido de Linda. Ésta, asimilada totalmente al sistema: su mayor ilusión es una “segunda pantalla mural” – de adoctrinamiento constante -, duerme a base de somníferos, que están a punto de costarle la vida. Montand y Linda no tienen hijos – lo que supone un punto a favor, para el posible ascenso de éste en su trabajo de bombero. Montand no apaga fuegos: los enciende: cuando sale de servicio con sus compañeros, registran las casas y hacen con los libros que encuentran escondidos, grandes hogueras ( Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel ) Ese es su trabajo. “Los libros no os harán más felices” es la consigna. Toda casa en que se encuentre una biblioteca será confiscada y ésta reducida a cenizas. Pero no todo sucede como es diseñado, el bombero que ha visto morir quemada a una anciana por no querer abandonar su gran biblioteca oculta. El hecho no le deja indiferente. “¡Quiero conocer el pasado¡”, se dice a sí mismo. Desde entonces el también esconderá libros, que leerá de noche. Su mujer lo denuncia por ello…¿No hay un triste parecido entre la parábola de Truffaut y ciertos modos de hacer – que no son trigo limpio - fomentados a través de nuestras televisiones de plasma? Que no nos vendan la cabra.