Cosas que me van pasando
Cosas que se me ocurren
Hoy ha sido un día bonito. Hace un año que D. José el párroco bautizó a mi nieto Álvaro, el hijo de Juan.
El bueno de D. José, todos los años organiza un viaje por la Pascua, con quienes se apuntan. Ya han ido a Tierra Santa, a Colonia a visitar la tumba de San Alberto Magno, nuestro patrón junto con la Virgen del Camino ( a la que debería acudir más para que gente a la que quiero, vuelva grupos hacia la casa del Padre), la ruta de San Pablo.. y en estos momentos está por Jordania con un nutrido grupo de feligreses en el que, que yo sepa figuran por lo menos dos ancianitas a las que él ha animado a ir.. Eso es caridad fina ¿no? Mercede tiene 81 año y Mª José otros tantos..
El último libro publicado por Juan es “Elogio del asombro”, que acaba de salir. Por circunstancias que aunque sean del caso me llevaría tiempo contar, lo va a leer un santo sacerdote lo que me ha hecho una ilusión tremenda. Seguro que más de una oración se lleva Juan del asunto. De hecho cuando lo leo yo – que lo disfruto a pesar de ser filosofía, ofrezco a Dios el tiempo leído, por los dos hombres sabios de 40 y 82 años, cuyo diálogo ha hecho posible el libro. No debe una perderse nada.
Ayer empezó el día con fuego: el incendio del teatro Novedades en el año 1928, del que se salvó D. Álvaro del Portillo, porque le esperaba una larga y fecunda vida, murió en 1994 y terminó con fuego: Sodoma y Gomorra ardiendo bajo la sabia dirección de John Huston en “El arca de Noe”. En medio de él estuve hecha unos zorros ( a veces pasa), me fui a rezar un rato al convento de clarisas que frecuento que tiene al Santísimo expuesto todo el día, y surtió efecto. El Señor me sacó adelante como tantas otras veces.: moral alta otra vez..
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