05 agosto, 2007

Que buenos son, que nos llevan de excursión

Este verano, que no veía las cosas nada claras, porque solo tenía programados diez días en la Vega y la gente mía emigra. Así pues. le pedí a Isidoro (Isidoro Zorzano) que como ya he dicho me hace cantidad de favores, un verano bonito. Al poco, mí hijo Juan, que ya me había dicho que no contase con él para ir a Rábielos, sin que yo abriera la boca, se ofreció a que fuéramos el primer fin de semana de agosto a Rubielos. Al llegar, enchufamos la nevera y el motor n se ponía en marcha. Le pedí a Isidoro, que después de todo era Ingeniero Industrial, que arreglase aquello y nos bajamos a comer al pueblo. Al volver, la nevera chutaba.

Trasteando por el chalet para limpiar y poner orden, me sale al encuentro, una estampa de la Inmaculada de Juan de Juanes. Me alegra verla, vuelvo la estampa y leo:
“ La Iglesia necesita - y necesitará siempre –sacerdotes. Pídeselos a diario a la Trinidad Santísima, a través de Santa María.
Y pide que sean alegres, operativos, eficaces, bien preparados; y que se sacrifiquen gustosos por sus hermano, sin sentirse víctimas”.
(San Josemaría, Forja 910)

Habíamos llegado el día 3 víspera de la festividad de San Juan María Vianney, el santo cura de Ars, patrono de los sacerdotes. Santo de mi devoción al que tengo encomendado a Juan desde siempre. ¡ Qué cosas¡