23 julio, 2007

Robert H. Benson

Leí hace meses, “La amistad de Criso” de Robert. H. Benson. Me encantó. Benson, tiene sangre en las venas. Su apasionamiento por Cristo, contagia. Desde entonces, su nombre figura entre mis amigos. Luego supe de su vida y obra en “Escritores conversos”, otro libro estimulante. He vuelto a coger
“La amistad de Cristo” y entre lo mucho que merece ser compartido, he elegido esto:

“Cristo, cuya Encarnación conocen los católicos y cuya vida nos relatan los Evangelios, ha vivido siempre en el corazón del hombre. Se cuenta que, tras oír un sermón sobre la vida de Jesús, un anciano hindú solicitó reibir el bautismo. “Pero, ¿cómo puedes pedirlo tan rápidamente?”, preguntó el predicador. “¿Has oído antes de ahora el nombre de Jesús?” “No, replicó el anciano, pero lo conozco y he estado buscándolo toda mi vida”.

Comentando la sexta palabra de Cristo en la cruz : “Todo está cumplido”, dice, entre otras cosas:

“Del Calvario brota un enorme río de gracias, un caudal que debería hacer feliz a la Ciudad de Dios. Hay enormes embalses de gracia rebosando de los sacramentos, empapando el suelo bajo nuestros pies y refrescando el aire que respiramos. Y nosotros continuamos aferrados a nuestra odiosa falsa humildad como si la perfección fuera un sueño, y la santidad el privilegio de los que ven a Dios en la gloria.
En el nombre de Cristo, empecemos, porque Cristo ha terminado.”