19 enero, 2007

Zenobia

Algo de tiempo he dedicado a hojear el Diario de Puerto Rico de Zenobia Camprubí,la sacrificada mujer de Juan Ramón Jiménez . Ya había cogido algo suyo en otra ocasión, pero no siempre se encuentra en las bibliotecas aquello que nos gustaría leer. Sigo, una vez más, aquello de “pájaro que pasa, pluma que le arranco”:

6 de agosto de 1954

“Si yo misma no fuera tan nerviosa, no daría lugar a asuntos tan absurdos como los de ésta tarde. El mismo J.R. le ha pedido a la Sra.B permiso para encerrar el auto en su garaje vacío en vista del anunciado ciclón; lo he encerrado, y solo he salido una hora a la biblioteca y al correo. Pero desde las 6, J.R. ha estado en tal estado de inquietud por temer que perdía su inyección, que no me ha quedado mas remedio (por mi culpa naturalmente)a ir a sacar el auto y a buscar a la enfermera, aunque no me ofrecía a poner yo misma la inyección, cosa que hubiera dado por resultado una excelente economía. Con esto he demostrad que no tengo bastante serenidad para dominar las situaciones y sacar provecho de las aparentes desventajas. Hoy ha quedado triunfante la psicosis de J.R.”

Real como la vida misma