la lanzadera

Los días corren como una lanzadera, sobre todo para quienes tienen vocación de cronistas.Todo está implicado en todo.Nuestra vida,la de cada cual a todos afecta. Cosa que tenemos clara quienes creemos en la unión del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia.Pongo un ejemplo: el movimiento católico Regnum Christi, desde su sede en Valencia, llevaba contabilizadas a través de su página web clubfaro.org /avemaría, más de dos millones de Avemarías rezadas por internautas para el buen desarrollo del Encuentro Mundial de las Familias.

La memoria, esa gran potencia del alma que todo lo baraja, como el padre de familias, saca del propio arcón lo nuevo y lo viejo según conviene. El 14 de junio de 1936 , a los sesenta y dos años muere Gilbert Keith Chesterton. ¿Por qué me acuerdo siempre por estas fechas?. La noticia hace decir al redactor de “The Times”: “Dios mío no será nuestro Chesterton...”. Sí, es el nuestro. El de todos. ¿Quién que tenga ahora medio siglo no lo ha leído? Nos divirtió, aclaró nuestras ideas, nos hizo sonreír. Polemista genial discutió con todo el mundo y a nadie ha dejado en la tierra que le quiera mal. Bernard Shaw, su eterno antagonista, ofrece a su viuda todo el apoyo que necesite y lamenta haber sobrevivido a su “amigo y enemigo”. Borges lo incluye entre sus cinco autores preferidos y dice que leerle es como salir de unos ejercicios espirituales. Cuando murió, el Superior de los dominicos, que fue a verle le cantó una Salve como hacen ellos cuando muere uno de los frailes y después cogió su pluma de encima de la mesa y la besó.

“Ortodoxia”, “El hombre que fue Jueves” , Las aventuras del Padre Brown.. “La pequeña historia de Inglaterra”… Leí la Biorafía de Chesterton de Luis Ignacio Seco, antología de textos chestertonianos y su Autobiografía en la que detalles como el de la pluma, obviamente no están.