01 abril, 2006

Trescientos sesenta y cinco días

Un año hace que “El rastro” navega por las redes de silicio…Un año que intento dejar rastro... Contaré algo bonito que ocurrió hace muchos años por estos días. El 30 de marzo de 1925, a las 10,30 de la mañana San Josemaría celebró su primera misa en la Capilla Angélica de Ntrª. Srª, del Pilar de Zaragoza. Pues bien, el 31 ya estaba ejerciendo su ministerio sacerdotal en Perdiguera, provincia de Zaragoza. Hospedado en una casa de labriegos, de Saturnino y Prudencia, le dolía ver que el hijo de éstos no podía asistir al Catecismo porque desde muy temprano salía con sus cabras y no volvía hasta el anochecer. Termino explicándole catecismo por las noches. Después de una corta temporada, para calibrar hasta que punto entendía ,le preguntó:
- Si fueras rico, muy rico, ¿qué te gustaría hacer?
El chiquillo se tomó, prudentemente su tiempo antes de contestar
- ¿Qué es ser rico?
El sacerdote le explicó que ser rico consistía en tener mucho dinero, muchas ropa, muchas tierras, vacas muy gordas..
- ¿Qué harías si fueras rico?
El muchacho, después de pensarlo contestó con ojos alegres
- ¡Me comería cada plato de sopas con vino¡

Se quedó muy serio el cura al oír la respuesta y pensó: “Josemaría está hablando el Espíritu Santo”. Todas las ambiciones de la tierra, por grandes que sean no pasan de ser un prosaico plato de sopas, nada que valga realmente la pena.