Más de la la Madre Teresa
Sorprendido Martín Descalzo de la dulce sonrisa de la Madre Teresa que parecía imposible ante tanta miseria, la Madre Tersa le respondió:
“Mi alegría es la alegría de conocer a Cristo. Es un privilegio, un honor servir a Cristo bajo el disfraz del dolor de los más miserables. Por eso doy gracias a Dios y a los pobres por aceptar nuestro amor. Nuestras casas no son hospitales ni mis hijas son enfermeras o asistentes sociales, son casas donde se ama a quien todos rechazan y donde se enseña que Dios les espera con unamos infinitamente grande”. También recordaba que, a su juicio, uno de los pecados de hoy en día es el de “no tener tiempo de sonreír”.
La Madre Teresa de Calcuta murió el 5 de septiembre de 1997. “Oh, Dios, oh Dios” fueron sus últimas palabras. Al regresar del viaje Papal a la India, Paloma Gómez Borrero preguntó a Juan Pablo II: “Santidad, ¿cuándo harán santa a la Madre Teresa?. Y me respondió: “¿Santa? La Madre Teresa ya lo es”.
Cuantas cosas grandes hemos visto, los que ahora vivimos.
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