22 enero, 2006

22 de enero del 2006

Carta de Tom Penney condenado por asesinato, siendo inocente a ser ejecutado en la silla eléctrica el 22 de enero de 1943, a las Hermanas Magdalenas de Detroit, que le sostuvieron en su conversión con cartas, libros y oraciones, con motivo del aplazamiento de la condena al 26 de febrero con las que mantenía correspondencia


22 de enero de 1943

"Querida Madre Santa Clara y hermanas Magdalenas: Me parece casi imposible encontrarme fuera de mi camino, y, sin embargo así es, aunque espero tener más suerte la próxima vez. Seguramente todas ustedes habrán estado preparadas alguna vez para ir a un sitio, y habrán sentido el desencanto de no poder ir. Si conocen esa sensación imaginarán cuál no será ese desencanto si el sitio a dónde uno iba a ir era el que San Pablo describe era el que San Pablo describe con estas hermosas palabras: “Ni los ojos del hombre han visto, ni sus oídos han escuchado, ni su corazón ha podido concebir las maravillosas delicias que Dios tiene preparadas para los que le aman.”
No muchos hombres han tenido la oportunidad de sentarse en una silla y alargar la mano para tocar las estrellas. Desde luego hay algunos que la tienen por un milagro de la misericordia divina. Cualquiera que haya sido mi pasado, Dios ha dicho:”Aunque tus pecados sean como la púrpura. Yo los haré blancos como la nieve.”La caridad disculpa una multitud de pecados, porque significa a la vez amor de Dios y Dios de amor. Y yo se que con ese amor en mi corazón poseo la esencia de la santidad.
Una ve oí esta pregunta irónica: “¿Puede salir algo bueno de Nazareth?”Quizá algunos o muchos se la formularán al llegar a la habitación que desde este penal conduce a la eternidad. La respuesta será siempre la misma. Tan solo yo, Madre y hermanas mías, se demasiado bien lo miserable que soy. En verdad no tengo riquezas materiales ni hazañas que ofrecer, sino el fardo de mis pecados. Pero cuando San Jerónimo dijo esto mismo a Jesús, Jesús le respondió: “ Dame tus pecados, Jerónimo”.
Mi ofrecimiento es lo mismo que el cuento de la gota de agua que como una joya liquida caía desde los cielos. Al rodar por el canalón y mezclarse con el fango, perdió su radiante centelleo. Pero entonces un rayo de sol bajó, la acarició y la llevó de nuevo al cielo, donde con el frío esplendor e la atmósfera, se convirtió en un purísimo copo de nieve.El amor de Dios ha sido para mí, queridas Madre y Hermanas, ese rayo de sol.Y si ustedes me permitieran variar y modernizar la fábula, les diría que estaba muy próximo a ser nieve. Por eso, santas Madre y Hermanas, siento ahora esta desazón.
Sin embargo, no estoy desanimado. La fecha se ha señalado para el 26 de febrero. Quizá en estas pocas semanas pueda realizar algunos pequeños actos de amor que le agraden…
Espero que mi telegrama les llegara a tiempo. Hay muchísimos amigos a quienes no pude avisar y pensaran que ya no estoy en el mundo. He pasado mucho rato pidiendo al Señor que aceptara sus plegarias y las misas que habían encargado decir por mí y las aplique a mi humanidad viviente para que pueda hacerse más digna de Él…”

("Dios baja al infierno del crimen".M. Raymond, o.c.s.o. "stvdivum")

1 Comentarios:

At 25 enero, 2006 19:28, Anonymous Anónimo escribió...

Me ha gustado mucho: te reenvio otra direccion: aurorabellas@telefonica.net
chispa

 

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