04 diciembre, 2005

LITERATURA

De Paul Claudel, literato de renombre y católico converso, transcribí aquí, no ha mucho algunas cosas, pero me quedaron por transcribir algunas más, y aunque mi idea era haberlo hecho en noviembre, mes que mira hacia la eternidad desde sus inicios, considerando que más vale tarde que nunca, me dispongo a hacerlo ahora:

Escribe a su amigo crítico de arte Louis Gillet: “La oración es mi mayor recurso, y tengo el sentimiento al rezar de hacer algo efectivo y de eficacia. Sin la oración yo creo que moriría”.

Y en carta a Gabriel Frizeau de 3-dic- 33 (hoy el 4-dic-o5) escribe: “Es una alegría para mí encontrarme en un medio católico francés… ( Paul Claudel estuvo toda su vida fuera de Francia como embajador en Japón, Alemania, .Austria, Estados Unidos…) Resulta muy grato arrodillarse por la tardes en una Iglesia sombría y decirse que el fin no está lejos.”

En otra ocasión, cuya fecha no consigné (como siempre por trabajar corriendo): “Llego al fin de mi vida: cuánto me arrepiento de haber llevado a mis talones está plaga de la literatura..¡Más me hubiera valido darme por completo y con sencillez”. Todo un consuelo para quienes tenemos la espinita de no haber escrito aquel libro que tanto nos rondó por la cabeza…
Aunque, en honor a la verdad, permítaseme añadir ese punto de Camino:
“Al que pueda ser sabio, no le perdonamos que no lo sea”.