La copa y la medida
Me gustó esta frase: “La vida no es una copa que se apura sino una medida que hay que llenar”. Es una frase estimulante. Llevarla adelante evita el aburruimiento. La encontré en “La familia que alcanzó a Cristo”, libro del que ya hice mención aquí, publicado en Buenos Aires en el 43 y que cuenta la vida de San Bernardo de Claraval y sus seís hermanos cistercienses, allá por el año 1.111. Realmente considerar la vida como copa a apurar supondría no más que un pequeño sorbo porque sigue siendo verdad aquello que decía Jorge Manrique, nacido un poco más adelante, en 1440.
“Cuán presto se va el placer / cómo después de acordado da dolor
cómo a nuestro parecer / cualquier tiempo pasado fue mejor”
Sumamente sugerente me parece la idea, expresada por Chesterton en “Ortodoxia”, (gran libro, a fe mía) de que la lectura de los cuentos de hadas que realizamos en la infancia resulta un magnífico aprendizaje para la vida. Así, en el cuento de “La Cenicienta”, ésta puede ir al baile que organiza el Príncipe, hermosamente ataviada y montada en una deslumbrante carroza, pero su felicidad, por decisión del hada madrina, durará solo hasta las doce de la noche. A esa hora la carroza volverá a ser calabaza, los caballos ratones, el lacayo gato y su deslumbrante traje blanco se transformará en sus andrajos de Cenicienta. Tiene hasta las doce para enamorar al Príncipe y huir de él antes de que se rompa el hechizo. El tiempo es breve para trabajar. “Caminad, mientras tenéis luz”. “Negociad, mientras vuelvo”. Pues eso. Olvidar que se nos pedirá cuenta de nuestra administración no es olvido de poca monta.
1 Comentarios:
Yo quisiera preguntarle a Rosa como puedo hacer para conseguir este libro de m. Raymond sobre San Barnardo y sus seis hermanos, ya que me lo ahn recomendado leerlo como lectura espiritual. Gracias
Lorena de La Plata Argentina
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