13 julio, 2016

J. H. Newman habla del Rey Salomón

He empalmado un lumbago más que regular con un problema con el ordenador que no me dejaba publicar. Espero, pasado el bache y que “El rastro” que cuenta ya años, y escribo ilusionadamente, vuelva a subir en lectores. J.H. Newman (Discurso sobre la Fe): “ Como las hermosas flores del campo que acaban, sin embargo secas en el fuego, Salomón no acertó a retener la gloria, y se marchitó en su trono. El más sabio de los hombres se convirtió en el mas brutal. El más devoto se hizo el más pervertido. El autor del Cantar de los Cantares terminó presa de afecciones viles. “El Rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras… y se apegó a ellas con gran pasión. Cuando era anciano, sus mujeres inclinaron su corazón a otros dioses, como Astarté, diosa de los Sidonios, y Moloch, ídolo de los amonitas; y siguió la conducta de sus mujeres extranjeras, que quemaban incienso y sacrificaban a sus propios dioses” (1Re 11,1,4,8). “¡Qué contraste entre este apóstata de cabello gris cargado de años y de pecados, inclinado ante mujeres e ídolos, y aquella figura juvenil y brillante que en la Dedicación del Templo que había construido aparecía como mediador entre Dios y el pueblo¡” Me aterra el poder de una mujer para desviar a un hombre de la senda de los justos. Aunque, ya lo vimos con Adán y Eva. Y recuerdo, al hilo de esto, una frase de “Conversación en la Catedral”, en la que uno le dice a otro: “Zavalita ¿Cuándo nos corrompemos? ¿Cuándo cambiamos los ideales por intereses?