20 junio, 2016

Cerebro y conducta humana

Cabe preguntarse si la conducta humana responde en su totalidad al esquema bioquímico causa- efecto. Este esquema puede explicar procesos como el saueño, el cansancio, el crecimiento… ¿Pero sería suficiente para explicar la conducta del hombre?. ¿Fueron las neuronas de Einstein las que decidieron estudiar Física y proponer la teoría de la relatividad? ¿Pintaron las neuronas de Miguel Ángel la Capilla Sixtina? En caso afirmativo, admiraremos los procesos bioquímicos de sus cerebros pero no reconoceremos ningún tipo de genialidad en sus propietarios. Y si la conducta de Hitler fue exclusiva consecuencia de su química neuronal los judíos no tienen motivos para odiarle, ¿o es que hay motivos para odiar unas neuronas? (…) ¿Pueden las neuronas ser justas, ignorantes, valientes o peligrosas? Si las neuronas mueven totalmente al hombre, el hombre entonces es títere de su cerebro. A menos que el hombre mismo de órdenes a su propio cerebro y establezca con él una doble relación de dependencia y dominio: mis pies me encaminan a casa, pero en realidad soy yo quien encamino mis pies hacia casa; sin ellos yo no caminaría, pero ellos tampoco caminarían sin mi decisión de caminar, y esa decisión no procede de ellos (José Ramón Ayllón: “En torno al hombre”, 3ª edición, Rialp”)