11 julio, 2016

Luciérnagas

“Aquí, en las tierras altas, cuando han pasado las grandes lluvias y en la primera semana de junio las noches comienzan a enfriar, aparecen las luciérnagas en los bosques. Una tarde veías dos o tres audaces estrellas solitarias que flotaban en el aire claro, subiendo o bajando como si montasen sobre una ola o como si hicieran reverencias. Siguiendo el ritmo de su vuelo sus diminutas lámparas e encendían o se apagaban. Podías coger un insecto y resplandecía en la palma e tu mano; producía una curiosa luz, un misterioso mensaje que convertía la carne verde en un pequeño halo a su alrededor. A la noche siguiente había centenares y centenares en los bosques. Por alguna razón se mantenían a una cierta altura, a cuatro o cinco pies sobre el suelo. Era imposible no imaginar que toda una pandilla de chiquillos de seis o siete años corría por el oscuro bosque con velas, varias con un fuego mágico, mientras saltaban alegremente, hacían cabriolas, y giraban sus pequeñas y pálidas antorchas. Los bosques se llenaban de una vida alegre y retozona t todo quedaba en un perfecto silencio ( Isak Dinesen, “Lejos de África”) Llevamos muchos meses en los medios, sufriendo en nuestras carnes el monotema de una política agobiante y sin salida – esperemos que ahora la tenga- y como no solo de política vive el hombre, me ha parecido bien compartir este poético texto de la Baronesa Blixen para alegrarle a alguien el primer café del día.