Sobre la libertad del hombre
El hombre es libre, el animal no. Éste solo desempeñará su propio papel, repetido por millones de individuos durante millones de años. Por el contrario el hombre elige su propio papel, lo escribe a su medida con matices propios y lo lleva a la práctica con la libertad que lo concibió. Por eso decía Gracián: visto un león, vistos todos, pero visto un hombre, solo está visto uno y además mal conocido. Todo elegir es un elegirnos, es optar por uno de nuestros posibles “yo”: aquel que corresponde como sujeto a la acción que hemos elegido. Si ante una dama elegimos levantarnos y cederle nuestro asiento, estamos eligiendo excaballero que podemos ser; si por el contrario , preferimos permanecer sentados, optamos por el señorito que también podemos ser. A su vez ella pede elegir entre resultar una dama encantadora o resultar provocadora, es decir, optar por la hembra que también puede ser. ( “En torno al hombre”, José Ramón Ayllón, Rialp)
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