Vencer el mal con el bien
Martín Luther King, cuando volvía a optar por el amor fraterno aún en medio de las peores persecuciones y humillaciones decía en Alabama, el 17 de noviembre de 1957: “La persona que más te odia tiene algo bueno en él; incluso la nación que más te odia tiene algo bueno en ella; incluso la raza que más te odia tiene algo bueno en ella. Y cuando llegas al punto en que miras el rostro de cada hombre y ves lo que la religión llama “la imagen de Dios”, comienzas a amarlo “a pesar de él”. No importa lo que haga, ves la imagen de Dios allí. Hay un elemento de bondad del que nunca puedes deshacerte (…) Otra manera para amar a tu enemigo es ésta: cuando se presenta la oportunidad de derrotarlo debes decidir no hacerlo (…) Cuando te elevas al nivel del amor, de su gran belleza y poder, lo único que buscas derrotar es el sistema maligno. A las personas atrapadas en ese sistema las amas, pero tratas de derrotar el sistema (…) Odio por odio solo intensifica la existencia del odio y del mal en el universo. Si yo te golpeo y tu me golpeas y te devuelvo el golpe y tu me lo devuelves, y así sucesivamente llega hasta el infinito. Simplemente nunca termina. En algún lugar alguien debe tener un poco de sentido, y esa es la persona fuerte. La persona fuerte, es la persona que pude romper la cadena el odio, la cadena del mal (…) Alguien debe tener suficiente religión y moral para cortarla e inyectar dentro de la propia estructura del universo ese elemento fuerte y poderoso del amor” ( Palabras que recoge Francisco en su Exhortación apostólica “La alegría del amor” ) Dicha exhortación es preciosa. Disfruto al leerla, subrayando sin parar. Triste cosa quedarse solo con lo que los medios publican.
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