25 mayo, 2016

Tres poemas de Miguel d´ Ors

¿Cómo podré llamar azar a quien condujo mis pasos hacia esta plenitud? (…) el Dios de los profetas / hirsutos y los vastos patriarcas, / el de Inés y Cecilia,/ sexo débil más fuerte que todas las legiones, / el Dios que sostenía la sonrisa / de Tomás Moro bajo el hacha negra, / el Dios de Louis Pasteur, el de Gaudí, de Chesterton, de los analfabetos como yo… La segunda mitad del siglo XX (…) / Tenían - ¿como no? – las Cinco Vías / de Tomás , el inmenso aventurero, /tenían los ocasos de Granada, el acorde / de octubre en los hayedos de Zuriza, / tenían a Audrey Hepburn ( y a Raquel Welch),, tenían / el Cervino, Florencia, / la Sexta Sinfoníade Beethoven, / el cielo azul – que es cielo y es azul -, /el silencioso grito de un minuto cualquiera/ de la Madre Teresa de Calcuta… Tropezaban con Dios en cada cosa: / un niño: Dios; una gaviota: Dios; / una mujer que dice “yo también”: / Dios; un buen verso: Dios. Pero eran ciegos. sordos, inexplicables, / y negaron a Dios como quien niega / el mar o las manzanas.