17 abril, 2016

Para nuestra alegría y respuesta

Decía San Agustin: “Nada impulsa tanto amar como sentirse amados”. En la Sagrada Escritura encontramos ese amor de Dios por nosotros, verdaderamente estimulante, que antecede al nuestro, que nos “primerea”, como Francisco dice expresivamente. Manuel Ordeig Corsini en su libro “Despertar al asombro” recoge unas cuantas citas de ello: “Dios.. nos ha escogido desde toda la eternidad, antes de la creación del mundo” (Ef, 4). Así lo expresaron los profetas, siempre estupefactos por la elección divina:”Me fue dirigida la palabra de Yahweh Dios en estos términos: antes de haberte formado en el seno materno, yo te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado: yo te constituí profeta de las naciones..”(Jr1, 4-5); “..en la sombra de su mano me escondió; hízome como saeta aguda, en su carcaj me guardó…(Is 49, 2 “… como flecha dispara al y me llamó por su gracia… lo mismo nosotros apenas nacidos” (Sb 5, 12-4). Un amor antes de nacer reiterado por profetas y santos. “Dios, que me eligió desde el útero materno yme llamó por su gracia…”(Gal 1, 15) dice San Pablo.