19 julio, 2014

La inclusión social de los pobres

Dice el papa Francisco: “De nuestra fe en Cristo hecho pobre y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota la preocupación integral de los más abandonados de la sociedad. Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el pobre y socorrerlo. Basta recorrer las Escrituras para descubrir como el Padre bueno quiere escuchar el clamor de los pobres: “He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado su clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo (…)Ahora, pues, ve, yo te envío..” ( Ex3,7-8,10) (…) Hacer oídos sordos a ese clamor cuando nosotros somos los instrumentos de Dios para escuchar al pobre, nos sitúa fuera de la voluntad del Padre y de su proyecto, porque ese pobre “clamaría al Señor contra ti y tu te cargagarías con un pecado” (Dt15,9). Y la falta de solidaridad en sus necesidades afecta directamente a nuestra relación cion Dios : “Si te maldice lleno de amargura, su creador escuchará su imprecación” (Si 4,6). Vuelve siempre la vieja pregunta: “Si alguno que posee bienes del mundo ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿Cómo puede permanecer en él el amor xde Dios?”(1 1 Jn 3,17 ). Recordemos también con cuanta contundencia el Apóstol Santiago retomaba la figura del clamor de los oprimidos: “El salario de los obreros que segaban vuestros campos, y no habéis pagado, está gritando. Y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de losa ejércitos” (5,4)” (La alegría del Evangelio”, Exhortación apostólica, Papa Francisco)

1 Comentarios:

At 10 febrero, 2015 15:19, Blogger Unknown escribió...

Por desgracia, en los momentos difíciles, los más frágiles son los que más sufren la pobreza y como bien dice la Madre Teresa de Calcuta:“La mayor enfermedad hoy en día no es la lepra ni la tuberculosis sino más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad”.

 

Publicar un comentario

<< Home