“La Transfiguración” de Rafael
Me pasó algo bonito que quiero contar. Hace mucho tiempo que, al rezar el rosario, ofrezco el 4º misterio luminoso: la “Transfiguración del Señor” por la conversión de J.M. que iba a ir a Madrid a ver la exposición de Rafael, me preguntó en la terraza de un café: “ ¿Qué es La Transfiguración? ”, con la pregunta me daba una alegría: la oportunidad de explicarle que el Señor, poco antes de su Pasión, subió al monte Tabor con sus discípulos y tomando a parte a Pedro Santiago y Juan, mientras hablaba con Moisés y Elías, se transfiguró ante ellos: su rostro se volvió radiante y sus vestiduras tan blancas como ningún batanero podía lograr. Luego esta persona, mientras abría su libro de arte, me enseñó el cuadro de “La Transfiguración” de Rafael y añadió que había leído que el pintor murió un Viernes Santo y lo amortajaron justo debajo de ese cuadro que dejó sin terminar. El relato me parecio además de hermoso, sujerente: Rafael había pasado su vida, pintando madonnas, ángeles y santos, en definitiva el cielo y su llamada a él lo encontró “con las manos en la masa”. Se compruba así una vez más, que se muere, como se vive.Y se comprueba también, que para disfrutar una visita a cualquier museo, es indispensable un conocimiento, aunque sea elemental, de la Historia Sagrada y del Nuevo Testamento. Cuando J.M. volvió de su viaje, me trajo una hermosa lámina de Rafael: “La Vigen del pez”.Esperanzador.
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