04 septiembre, 2011

Tratando de ponerme al día

Poco a poco, en la escritura, me iré me iré poniendo al día.. ¡Han pasado tantas cosas bonitas este verano, tanto buen libro leído del que dar cuenta.. tanto santo en agosto del que quiero decir algo¡ … San juan María Vianney, Edith Stein, Santa Juana Francisca de Chantal, Santa Rosa de Lima, San Bartolomé, Santa Mónica.. La vida es una fiesta cuando se han cumpido los setenta.

Empezaré contando una excursión, “con miga”:

Con hija, yerno y tres nietos fuimos, en un día radiante, a que éstos cogieran renacuajos en una charca a la que había que subir entre pinares. Juan y Vega, de siete y cinco años, armados de caza mariposas, se centraron en los renacuajos a los que tras breves momentos de vida en la palangana que traían, volvían compasivamente a echarlos a la charca Nachito, con tres años, se buscó otra diversión. “¿ por qué no cojes renacuajos? - le preguntó Vega – “Porque al cogerlos están blandos, y me dan miedo y lloro”. Admiré sus explicaderas. Nachito decidió echar pequeñas piedras a la charca. Yo, diligentemente, se las proporcionaba. “¡Necesito más piedras¡”, me decía sin tregua.

Recordé a Chesterton: los niños, por exceso de vitalidad, no se cansan de las cosas. Por eso decía que Dios, que es tremendamente joven visto que le gustó la primera salida del sol, le dice cada día “¡que lo haga otra vez¡”

Y recordé también ese punto de “Camino”: “Eres, entre los tuyos – alma de apóstol - , la piedra caída en el lago. – Produce con tu ejemplo y tu palabra un primer círculo..y éste otro..y otro..cada vez más ancho.
¿Comprendes ahora la grandeza de tu misión?

Yo desde luego la comprendo perfectamente, lo que ya es algo