26 agosto, 2011

Un verano bonito

Otra vez a hacer la maleta…Se ha acabado “La Vega”, como se acabó Javea. Cambiar de entorno ayuda a ver que la vida es un viaje, “que no tenemos aquí, morada permanente”. Hoy en la misa: la parábola de las vírgenes necias – que no tenían suficiente aceite en sus lámparas – y las prudentes – que si que lo tenían –. Y la conclusión: “Velad y orad porque no sabéis ni el día, ni la hora”. Deberíamos tomárnoslo en serio. En serio deben tomarse siempre los consejos del Señor. Y abundando en la idea: “Dichoso el criado al que su amo al venir lo encuentra velando, en verdad os digo que lo hará sentar a la mesa….”

Esta mañana, disfrutando el hermoso paisaje de la Vega y de un libro que recomiendo a quien tenga en mucho su vida: “Cartas sobre la formación de sí mismo” de Romano Guardini, he leído:

“ Vamos a intentar que nuestro coraszón se alegre.No que se divierta, eso es muy distinto. Divertirse es algo externo, que hace mucho ruído y desaparece rápidamente. En cambio la alegría vive dentro, es callada y echa profundas raíces. Es hermana de la seiedad; donde está la primera encontramos también la segunda.” ¡Que gran verdad: la alegría hermana de la seriedad¡ Siempre lo he sabido por propia experiencia: solo quien se toma la vida en serio – quien se toma a Dios en serio – tiene la alegría de fondo suficiente para que su risa – o su sonrisa – no suene a falsa.