Algo que quiero contar
En una tertulia en Roma con D. Javier Echevarría – Padre del Opus Dei - una de las personas allí presente, contó que Grazia, una amiga suya, llamó por teléfono pidiendo un taxi y aclaró : “debe ser grande porque tengo que ir en él con mi marido y mis seis hijos”. Al subir dijo el taxista : ¿esto qué, es un colegio? Grazia le dijo que no, que eran sus hijos y a partir de ahí, no paró de hablar - D. Javier la interrumpio riendo: “¡Qué raro¡ - ensalzando lo estupendo que es tener una familia numerosa. Quien lo contaba aclaró que Gazia era en general de pocas palabras.
El taxista, después de oírla: “ Voy a contarle todo esto a mi mujer. Tenemos dos hijos, a mi me gustaría tener más pero ella nunca se hace el ánimo”. A D. Javier le gustó la anécdota. “ Encomiendo a Grazia Y le pido al Señor que le de la gracia de hablar más.”
Graciosa ¿no? la anécdota de Grazia con el taxista es graciosa. Y estimulante. Por lo que a mi respecta cuando puedo, arriesgando, emprendo la hebra con el taxista. Suelen ser diálogos jugosos, creo que los dos nos despedimos contentos.
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