21 septiembre, 2011

En la nevera

Comentando con Pilar la gozada que ha supuesto el viaje del Papa a Madrid, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, me dijo: “ yo me he puesto en la nevera, una frase suya: “Que nada ni nadie os quite la paz”. Me encantó oírla y le complete la frase, que había tomado en su día en apuntes, porque también a mí me venía bien: “Que nada ni nadie os quite la paz. No os avergoncéis del Señor”. La paz – fruto del Espíritu Santo – es un bien incomparable, que se transmite como la agresividad o la antipatía. Nosotras -las mujeres - quiza por temperamento y desde luego por la multitud de frentes que se abren en nuestras vidas, la paz es algo necesitamos vivamente. En el caso de Pilar, cuyo único hijo es esquizofrénico, es esencial. En torno a la nevera - altavoz de buenos recuerdos: frases, fotos, fechas de citas con amigas - , en la cocina: el hogar, hemos pasado, quienes hoy somos abuelas, muchos, meritorios y buenos ratos. Allí hemos visto crecer a nuestros hijos. “¡Ya se ha caído un tenedor¡”, decía yo entonces malhumorada – aún me lo recuerdan alegremente mis hijos – cuando los cinco estabámos apiñados en torno a la mesa de la cocina para darles la cena, casi al venir del Colegio. Allí hemos recibido, de las asistentas, testimonios conmovedores, que nos han hecho crecer oyendo a esas mujeres, muchas veces heroícas, que desde luego no pueden perder la paz, porque les va en ello el pan de sus hijos