05 septiembre, 2010

"Calla, fanfarronear es vulgar

Leyendo “Retrato de una familia turca”, me ha encantado encontrar esta frase: “Calla, fanfarronear es vulgar”, que Sevkiye, una hermosa mujer turca dirige a su hijo Irfan, cuando este, todavía es un niño. Procuraré no olvidarla.

Estoy enfrascada en la vida de esa familia turca, que pasa de pertenecer a una clase social de nivel alto, a la pobreza e incluso al hambre. El padre, que es reclutado por los turcos para tomar parte en la guerra europea de 1914, al lado de los alemanes, muere en esa guerra. Quedan la madre, la abuela y los tres niños. Mujeres sin hombre que las proteja, - la Turquía de esos años - porque el hermano del padre también ha muerto en la guerra.. En esas condiciones su casa es incendiada. Por lo que la ya familia, una mujer joven y tres hijos lo pierden todo: casa, muebles, dinero, joyas. .A partir de ahí la lucha por la existencia es despiadada. Sevkiye tiene 22 años e Irfan, el autor del relato, no llega a los seis.

Voy por la página 224 de las 318 que tiene. Anoche, llevada por esa curiosidad impaciente que todos conocemos cuando el libro, aunque interesante va siendo largo, leí el Epílogo, escrito por el hijo del autor del libro. Me encontré con esto:

“En turco “Irfan” quiere decir conocimiento, ilustración, cultura. Mi padre llevaba su nombre con la cabeza bien alta. Era un hombre amable y tranquilo, un hombre sabio y sensible, con psicología y percepción, un hombre de honor. Su receta para la vida era la opinión de su madre “fanfarronear es vulgar”, y el consejo de su abuela: “nunca dejes saber a nadie cuándo estás desesperado”.

Y digo yo: además de la propia hay dos mujeres que marcan la vida deun hombre: su madre y su abuela