23 julio, 2010

Abuela solícita

Entre los milagros atribuidos a Santa Brígida figura el siguiente:

“Viviendo con una gran libertad secular, , al príncipe Kart, nieto de Brígida, hijo de su primogénito Kart, se le apareció una noche la santa con un reloj de arena en las manos, parte de cuyo tiempo ya había transcurrido, y le dijo: “¿Ves Kart que poco tiempo queda en este reloj? Este es el tiempo, y no queda más, que te queda de vida, así que prepárate para la cercana muerte. Si hubieras obedecido a Dios y a tus mayores no solo habrías vivido más que ningún otro de nuestra familia, sino que habrías sido Arzobispo de Linköping, y te habrías convertido en columna de la Iglesia”. Asustado por estas palabras el joven pidió a la santa que intercediera por él ante el Señor y le otorgara un poco más de tiempo, que le prometía enmendarse por completo y vivir en penitencia. Añadió Brígida: “no hijo mío, la sentencia ya está dada, y el tiempo ha pasado, prepárate.”. Dichas estas palabras, desapareció la santa, y enfermando poco después, Kart pasó a mejor vida, no sin haber recibido los sacramentos con extraordinaria fe y devoción. Fue sepultado en Vadstena”

Vadstena es el monasterio fundado por Santa Brígida en el que también ella está entrerrada.