17 septiembre, 2005

Yo, Claudio

La lectura de “Yo,Claudio” de Robert Graves, me tiene enganchada. Es un libro que atrapa, quizá por ese morbo, discreto en la exposición pero constante, mediante el cual Claudio, nieto de Livia la esposa del emperador Augusto nos ofrece una pintura de la Roma del siglo I realizada por alguien que además de pertenecer a la familia imperial era un buen historiador. En medio de tanto monstruo como tenemos ocasión de ir conociendo, Claudio, tartamudo, enfermo, deforme, y despreciado hasta por su madre, acaba ganándose nuestra amistad, tras la lectura de su exhaustiva crónica seguida a lo largo de 444 páginas. Puede que no sea ajeno a ello, la raíz estoica, a la que en medio de tanta podredumbre decide vincularse Claudio desde su juventud. Pese a haber sido objeto de todo tipo de burlas y vejaciones entre las que deben contarse las de su sobrino Calígula, hijo de su amado hermano Germánico, Claudio no es en absoluto ni un amargado ni un resentido. Roma, cuando Cristo llegó al mundo, era según él la describe, sin hacer comentario alguno, por lo que los hechos se perfilan vigorosos, una urdimbre de intrigas políticas seguidas de suicidios, ejecuciones, envenenamientos, incestos, delatores… Pues bien en este poco confortador clima moral oigamos la opinión que le merece a Claudio la homosexualidad:
“Aquí quiero dejar asentado que nunca, en momento alguno de mi vida, he practicado la homosexualidad. No uso los argumentos de Augusto contra ella, en cuanto que impide que los hombres tengan hijos para servir al Estado, pero siempre me ha parecido lamentable y desagradable, ver a un hombre crecido, quizá un magistrado, un hombre e familia, baboseado lujuriosamente por un chiquillo rechoncho de cara pintada y aros; o a un anciano senador haciendo de reina Venus ante algún alto y joven Adonis de la caballería de la guardia, que tolera al viejo tonto solo porque tiene dinero.”
Como sobre este polémico tema hay tanta presión en los medios a favor de ella, clamando contra la Iglesia que en modo alguno puede estar a favor de su práctica, me ha parecido interesante aportar lo que un pagano, sin duda inteligente opinaba sobre ella.

1 Comentarios:

At 18 febrero, 2007 22:34, Anonymous Anónimo escribió...

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