Leyendo a Henry Bergson
Vicente Gónzález contó para “La razón”, el proceso de su recuperación espiritual: - En el país vasco me esperaba Dios… Allí comenzó mi conversión. Cuarenta años, casado y padre de dos hijos. Docente en Guernica. Y vivía desenfrenadamente, al margen de toda idea religiosa,aunque con la deelicadeza requerida para acompañar a su esposa a la iglesia. Pura hipocresía. - Tenía una buena formación religiosa, pero perdí mi fe en la universidad. Perdí la moral y, al perder la moral, se pierde la fe. Siempre ocurre que dejándote llevar, como yo a los veintitres años, de los apetitos, de los instintos, como no puedes controlarlos acabas perdiendo la fe. Ya sin moral, viviendo a merced de tus pasiones, no te interesa que Dios exista; para que no te reproche nada. Porque cuando no se es capaz de vivir como se piensa, como se cree, se termina justificando como vives. Eso me ocurrió a mí. El profesor González inició su camino de retorno a raíz de una lectura - Un día en un libro del filósofo francés Henry Bergson - que tanto me gusta- leí “Vosotros los españoles tenéis en la mistíca la más alta filosofía. Vuestros grandes mistícos Teresa de Jesús y Juan de la Cruz han conseguido de un salto lo que nosotros los filósofos no somos capaces de alcanzar”. No se esperaba tal reflexión firmada por el Académico y Nobel de Literatura francés: - Me sorprendió saber que Bergson admiraba a los místicos. Entonces fui derecho a Teresa de Jesús y empecé a leer su biografía. Me pasó algo similar a lo que ocurrió a Edith Stein, discípula de Husserl… empecé a leer y leer. Lloraba y lloraba.Y cuando llegué al capítulo noveno, al de la conversión, me ocurrió algo similar a lo que sucedió a Santa Teresa: veía que ahí estaba el camino de la verdad. Seguí leyendo… Aquella lectura me hizo un inmenso bien. Entonces comenzó un camino de desprendimiento y dejé la afanosa búsqueda de placer. Fue su recuperación espiritual. (“ Edith Stein y convertidos de los siglos XX Y XXI” , Edibesa)
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