06 enero, 2015

Noche de Reyes 2015

Aunque debería estar en la cama, bien dormida, por si vienen los Reyes Magos, aquí estoy por si alguien pregunta por mí. Llevo demasiado tiempo, con mala conciencia, sin escribir aunque me habría gustado hacerlo. Durante todo este tiempo, me dicho repetidamente: “¡A ver si los Reyes me dejan de regalo que vuelva a escribir otra vez¡. Que abra humilde y esperanzada el ordenador…” Bueno, pues lo han hecho. Así que según vayan viniendo los pensamientos, iré contando. Me ilusiona el 2015, y agradezco de corazón la oportunidad de seguir luchando por hacer de mi vida algo valioso. Por poder seguir viviendo, cogida de la mano de la Virgen, con cuya ayuda, todos los años la pido porque el asunto me desborada, he puesto un belén preciso en el que Natalia ha puesto las luces del Portal. Y lo cuento porque liturgicamente, aún estamos en tiempo de Navidad, así que un poco de paciencia para quienes quisieran que la festividad de los Reyes Magos estuviera más unida a Nochebuena. Menos mal que la Iglesia hace que no perdamos del todo el sentido común, porque la Navidad tiene que tener su eco. Sin agobios ni prisas. Para que nos vaya calando el asombroso y mayor acontecimiento de la historia; cuya alegría, “pacifíca y progresiva”, como decía mi amigo Vicente en su felicitación, nos dure hasta la Navidad próxima si tenemos la suerte de verla. El año pasado, mi nieto Álvaro que tiene seis años, me enseñó una oración de su Colegio de “El Pilar” que procurom menudear cuando me veo flojucha. Es ésta: “ Duce Madre no te alejes / tu vista de mi no apartes / ven conmigo a todas partes / y munca sola me dejes..”. La oración sigue pero decir solo esto, a mi me funciona El Beato álvaro del Portillo, que también se educó en el “El Pilar”, la decía a diario. A él le tengo encomendado a mi nieto Álvaro que celebrará su santo como él, el próximo 19 de Febrero. Seguiremos hablando, Dios mediante.