Convivencias 2013
He estado de Convivencias fuera de Valencia toda la semana y por eso no he escrito una letra. Pero me he llenado, eso espero, de contenido porque allí había tiempo para rezar – vivir bajo el techo de un sagrario es mucho en la vida –, mucha gente buena, clases de moral, libros – uno de ellos estupendo que vale la pena leer si se encuentra: “El mundo de Juan Pablo II” de André Frossarsd, Ed. Rialp – y un estupendo jardin con pinos, higueras, pájaros y dos ardillas. Adobado con todo eso no hay que guisar.. Eso de hacer cuatro comidas diarias que son una sorpresa, no tiene precio. Tampoco resulta mal eso de aumentar el conocimiento de atuendos, viendo los de las otras, y recibir el estímulo para arreglarse algo más de lo habitual, por estar entre mujeres. Aunque da mucha pereza convivir con gente, dejar la casa y hacer el equipaje, algo que odio profundamente - supongo que porque a mi madre le ponía mala solo pensar en sacar las maletas cuando nos íbamos a Samper, y eso que las maletas las hacía mi padre: “tú saca solo todo lo que quieres meter” – lo cierto es que hay que irse. He venido contenta y espero que algo mejor. Ayer,al volver tuve un día estupendo: me invitó a comer mi hijo Quino a su hermosa casa, donde los domingos , además de la compañia, se comen unas chuletas de cordero estupendas. Al salir de su casa e irme a San Martín a rezar un rato, pude comprar a la puerta dos magníficos libros, editados por Planeta: "Nadar a contra corriente" -magna entrevista con Ratzinger - y "Orar" - fragmentos seleccionados de San Josemaría - Los jóvenes que los vendían me dijeron que pusiera yo el precio...
1 Comentarios:
Rosa,
"... que pusiera yo el precio...".
Ja, ja, ja... ¡ qué jóvenes más avispados ! Hicieron lo mejor para ellos y lo peor para vd: obligarla a dar precio 'monetario' a dos libros a los que vd. de entrada ya les tiene un gran aprecio. Menudos granujillas.
Saludos
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