12 mayo, 2013

Valores no negociables

Recojo unas palabras de Benedicto XVI pronunciadas el 3-III-2006 a los parlamentarios de la Unión Europea que los políticos, y cualquiera de nosotros deberíamos tener presentes, y a mano, para no para no ser culpables, por omisión, del oscurecimiento mental y el desvío moral de nuestra sociedad: “La protección de la vida en todas sus etapasal momento de la concepción hasta la muerte natural,el reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como unión natural de un hombre y una mujer basada en el matrimonio,y su defensa contra los intentos de equipararla juridicamente a formas radicalmente diferentes de unión que, en realidad la perjudican y contribuyen a su desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su irremplazable papel social; la protección del derecho de los padres a educar a los hijos”. Y el Papa aclaraba que: “estos principios no son verdades de fe, aunque reciban de la fe una nueva luz y confirmación. Están inscritos en la misma naturaleza humana y por tanto son comunes a toda la humanidad. La acción de la Iglesia en su promoción no es, pues, de carácter confesional, sino que se dirije a todas las personas, prescindiendo de su afiliación religiosa. Esta acción es tanto más necesaria cuanto más se niegan o tergiversan estos principios, porque eso constituye una ofensa contra la verdad de la poersona humana, una grave herida causada a la justicia misma.” Palabras que si las asimilamos, sabremos decirlas cuando convenga y a quien convenga y ¿por qué no? tratar de difundirlas en letra impresa, tal cual.