13 julio, 2011

Katyn

Según nos cuenta Juan Manuel Prada un artículo, que me ha hecho llegar una amiga:

“ Se ha estrenado con dos años de retraso y relegada a las salas de menor relumbrón, la película dirigida por el veterano maestro Andrej Wadja sobre la masacre ordenada por Stalin y perpetrada en u bosque que presta su título a la película, a escasos kilómetros de la ciudad rusa de Smolensko. La matanza de Katyn, uno de los episdodios más turbios y extremecedores de la historia contemporánea…”

Y continúa contándonos Prada que podemos imaginarnos lo que la masacre de Katyn significa para la memoria colectiva del pueblo polaco, que además Wadja es hijo de uno de esos oficiales que asesinaron con un tiro en la nuca y por eso sorprende que la pelíciula este tan limpia de odio y de resentimiento. Nos dice que Wadja no es in ideólogo sino un verdadero artista; y como a todo verdadero artista le interesa más el dolor de sus
criaturas que la utilización biliosa de ese dolor.

Copio uno de los fragmentos finales

“En medio del horror hay siempre una mirada enaltecedora, trascendente, que abraza el dolor de los inocentes. Y esa mirada es divina; es la mirada de un Dios que baja de kla cruz y se funde con los cuerpos de esos jóvenes polacos que son arrojados como fardos a una fosa, y que entre sus dedos, sacudidos por el temblor de la agonía, desgranan las cuentas de un rosario.Wajda ha hecho una película llena de cielo, una película religiosa en el sentido más hondo de la palabra, anegada de amor hacia las víctimas y de perdón hacia los verdugos.”