02 junio, 2008

Con C.S. Lewis otra vez

En la Biblioteca de Marta encontré – regalado por su suegro – “Si Dios no escuchase” de C.S.Lewis y me lo traje para casa. Lo he disfrutado, pese a la atención que exige y ha habido muchas cosas que me han conmovido. Se trata de una serie de cartas que dirige a su amigo Malcom y habla de cristianos liberales, oración, la resurrección de la carne, el cielo…. Como siempre, elijo algo, dejando mucho bueno en el tintero:

“También yo había notado que las oraciones por los demás fluyen más fácilmente que las que ofrecemos por nosotros, y sería hermoso aceptar su punto de vista según el cual este hecho pone de manifiesto que estamos hechos para vivir la caridad. Pero me temo que percibo dos razones mucho menos atractivas para la facilidad de mis oraciones intercesoras. Una es que creo que a veces rezo por los demás cuando debería hacer algo por ellos. Es mucho más fácil rezar por un majadero que ir a verle. La otra es parecida….”

“ La creciente lista de personas por las que rezar es, sin embargo, una de las cargas de la ancianidad. Tengo escrúpulos por tachar a alguien de la lista. Cuando digo escrúpulos quiero decir exactamente escrúpulos. No creo realmente que, si rezo por un hombre, contraiga el deber de rezar por él durante toda mi vida. Pero excluirlo “ahora”, este día concreto, va de algún
modo contra la naturaleza….”

Baste lo escrito para abrir el apetito a quien no se espante de que Lewis a veces es un poco “espeso” como dice Marta. Pero en un libro no es necesario entenderlo todo, basta con entender suficiente.