30 abril, 2018

Schumacher


  La religión de la economía promueve la idolatría del cambio rápido, ignorando el axioma elemental que establece que un cambio que no representa una mejora incuestionable es una dudosa bendición. El peso de la prueba recae sobre los ecologistas: a menos que ellos puedan probar la evidencia de una lesión al  hombre el cambio tendrá lugar. Sin embargo, el sentido común sugiere que el peso de la prueba debería recaer sobre el hombre que quiere introducirle cambio: “él” tendría que demostrar que “no podrá haber ninguna consecuencia negativa. Pero eso requeriría demasiado tiempo y, por lo tanto sería antieconómico.”

 Hay un libro de Suchamager con un bonito título: “Lo pequeño es hermoso”. Escribo con ilusión mis entradas.. y producen  un pequeño  goteo de “like”..Estoy contenta.

En cuanto al cambio, ya sabemos:  “Mas vale malo conocido, que bueno por conocer”. Pero como refrán me gusta más:  “En tiempo de tormenta, no hagas mudanza”. A mí me ha ido bien,  se lo ví aplicar a mi madre: Dios la bendiga.