01 octubre, 2017

Fragmento de "Historia de un Alma", Teresa de Lisieux

Hoy es Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, y no puedo no contar algo de ella. Aquí va “… el recuerdo que la madre Genoveva dejó en mi corazón es un recuerdo impregnado de fragancia.. Durante las dos horas que pasé allí, pensaba que mi alma debería estar llena de fervor por el contrario se apoderó de mí Una especie de insensibilidad. Pero en el momento mismo en que nuestra santa madre Genoveva nacía para el cielo, mis disposiciones interiores dieron un vuelco: en un abrir y cerrar de ojos me sentí henchida de una alegría y un fervor inexplicables. Era como si la madre Genoveva me hubiera dado una parte de la felicidad de que ella ya gozaba, pues estoy convencida que se fue derecha al cielo.. Cuando aún vivía le dije una vez: - “Usted, Madre no irá al purgatorio”. - “Así lo espero”, me contestó con dulzura. Y seguro que Dios no defraudó una esperanza tan llena de humildad. Prueba de ello son todor los favores que de ella hemos recibido.” Cuando yo tenía seis años y mi hermana Carmen cuatro, ella quería ser Santa Teresita. A mí me venía muy bien: me daba la rosquilla que le tocaba a ella, me dejaba jugar con su muñeca.. se comía los trozos del carne ( que no me gustaba) cuando mi madre no miraba..