Henry James habla sobre el alma rusa
Henry James, en el epílogo de "Primer amor" de Iván Turguénev habla con cariño y admiración de éste, al que le unía una gran amistad. Brindo a Tatiana Marta Aznar, mi hermosa nieta rusa de 18 años, estas líneas que copio en su honor: “ Era (Turguénev ) increíblemente alto, y ancho y de proporciones robustas. Su cabeza era una de las más elegantes que pueda imaginarse, y aunque sus rasgos eran irregulares poseía una gran belleza. Era eminentemente del tipo ruso, prácticamente todo en él era ancho. Su expresión poseía una gran dulzura con un toque de langor eslavo (…) En los últimos años de su vida, escribe en “Senilia”, una colección de relatos: “En los días de duda, en los días de meditaciones ansiosas sobre el destino de mi tierra natal, tú y solo tú constituyes mi apoyo y mi cayado. ¡Oh, poderosa lengua rusa, auténtica y libre ¡Si no fuera por ti, ¿cómo no desesperaría un hombre ante la visión de lo que ocurre en nuestra patria? Pero resulta inconcebible que un idioma de tal altura no haya sido entregado a un pueblo auténticamente grande”
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