22 septiembre, 2017

Documento Nacional de Identidad

Esta mañana he ido a que me hicieran el D.N.I, porque el 18 de agosto, festividad de santa Elena, me robaron la agenda con el D.N.I, las tarjetas del banco, de Adeslas, dinero... La funcionaria al dármelo, me ha dicho, con una sonrisa: “¡No lo pierda, que es el último¡” porque después de cierta edad, ya no se renueva. También yo he sonreído y he recordado un salmo familiar: “Señor, enséñanos a calcular nuestro años, para que adquiramos un corazón sensato” Es estupendo no “perder el oremus” con el pensamiento de la muerte. Al salir de la Policía he entrado en la Ermita de Santa Lucía que es preciosa y está justo enfrente. En ese momento empezaba la misa de 10. Me he quedado a oírla por mi nieta Lucía y por mí porque Santa Lucía es la patrona de la vista y a mí me gustaría poder pasar de este mundo al otro, viendo nubes blancas bañadas de sol y pudiendo leer buenos libros. La primera noticia de Santa Lucía la debo a mi madre. Ella, además de rezarle, cuando sobre cualquier cosa no coincidía su punto de vista con el mío, no se amilanaba – como hacía la madre de Wislava Szymborska con su hija – cuando quería poner punto final a la discusión, decía triunfante: “¡Que santa Lucía te conserve la vista¡”. Al lado de la ermita, está la hermosa Biblioteca Municipal de la calle del Hospital, rodeada de jardines. He entrado y he sacado un par de libros. Uno de ellos, uno de ellos, sin buscarlo me ha salido al camino. Ha sido como un regalo: un tomo de obras escogidas de Sigrid Undset, hace tiempo que quería leerla. Como dice C. S. Lewis “Dios nos quita con una mano, y nos lo da con la otra”. Un día nos roban y otro nos regalan un libro.

1 Comentarios:

At 24 septiembre, 2017 09:18, Anonymous Anónimo escribió...

“¡No lo pierda, que es el último¡”

No puedo, no puedo resistir la tontun@ de nuestro tiempo, no puedo.

Si estoy yo por allí no sé qué le hubiera dicho.


misael

 

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