05 febrero, 2017

Infierno

Leí el artículo en Babelia el artículo de Juan Arnau “ Viaje al fin de la noche” en el que se habla del Infierno en “La divina comedia” de Dante. Y aunque disfruté lo disfrutable, me siento obligada a decir algo sobre el infierno para no confundir al personal. Vamos a ello: Jesucristo dijo: “ Id malditos al fuego eterno, preparado para el diablo y sus secuaces, porque tuve hambre y no me distéis de comer, porque tuve sed y no me distéis de beber, porque estuve enfermo y no me visitasteis…” cualquiera puede encontrarlas en los Evangelios. Son palabras que no nos conviene olvidar. El infierno es para siempre. Hoy no se habla de él y si se habla, se falsea su realidad: “nada es irremediable.. todo camino tiene una salida..”. Sí, mientras se tiene vida porque Dios no se cansa de perdonar como nos recuerda frecuentemente el Papa Francisco. El más allá es otro cantar: con la muerte la voluntad queda fijada en el camino elegido. “Dios no predestina a nadie al infierno y este viene. La vida es seria, en ella nos lo jugamos todo. Luego, cogí el “Catecismo de la Iglesia Católica” y busque la voz Infierno. Hablan de él los puntos : 1033, 1034,1035,1036 y1037. Pocas lecturas son tan interesantes. Que claras teníamos estas cosas quienes fuimos educadas por las benditas madres teresianas. Pronto aprendimos que cuando Teresa de Ávila, de niña hablaba del cielo con su hermano Rodrigo en el jardín de su casa se encandilaban repitiendo “para siempre, para siempre, para siempre…” por eso decidieron escaparse de su casa para ir a tierra de moros y allí ser descabezados por Cristo. Su tío Rodrigo los encontró cerca de la muralla y los reintegró al hogar. Por cierto, hace dos días ver en “La 2” la película de su vida dirigida por Juan de Orduña. Un buen rato y mucho que agradecer.